viernes, 19 de enero de 2018

TRANSICIÓN



          No sé si es una impresión personal, pero en el mundo en general, y en el internaútico en particular, se presta mucha atención a los cuidados para niños pequeños o muy pequeños. Es facilísimo encontrar información sobre cuidados para niños pequeños o muy pequeños (hasta el punto de que hay que hacer un máster para discernir el grano de la paja. Pero un Máster del Universo). Sin embargo cuando nuestros lechones comienzan a adquirir proporciones de persona humana, como que ya no se les presta tanta atención. 

Aquí los Másters del Universo. Aquí unos amigos.


Esto es lo que pasa cuando los niños crecen y dejas de hacerles caso.

          Por ejemplo, los medicamentos. Igual soy yo, repito, pero que yo sepa no hay transición del Dalsy/Apiretal a los pastillazos de los adultos (o que no son tan conocidas, o que la peña pasa, o lo que sea). Además, en los medicamentos para niños vienen superpormenorizadas las dosis para pesos bajos, pero cuando pasamos de los treintayalgo kilos la exactitud desaparece discretamente entre la bruma (dejándote con cara de mmmñññeeejjj-locualoooo?). Y que luego está el otro tema. Que por razones del abrumador crecimiento, las dosis han de ser corregidas y aumentadas (muy aumentadas), así que los botes van que vuelan, y te puedes encontrar en la comprometida situación de que tienes a los churumbeles agonizando pepinillos una noche cualquiera mientras observas aterrado que en tu cajón de las medicinas (no mintáis, que en todas las casas hay uno, y si no hay un cajón es una caja de zapatos, o, a lo peor, un lugar constituido en cementerio de medicinas, cogiendo polvo encima del frigorífico o en el armario del baño detrás de los champúses y al lado de las cremas) (abro flashback de los tiempos históricos. Mi abuela Friga, como la gran señora que era, las tenía en un bolso, eso sí, encima de la nevera, como mandan los cánones: “niña, trae pacá el bolso de las melecinas, que ya me toca.” Cierro flashback), así que, decía, observas con pavor y consternación, que el Dalsy está en las muy últimas y el Apiretal ha pasado a mejor vida (nooooo, no es algo que me haya pasado nunca a mí, ni se me han puesto todos malos a la vez, ni nada).

Todo esto viene a cuento de que he conseguido descifrar un misterio que deja tamañitos a los científicos del CERN que confirmaron la existencia del bosón de Higgs. Verbigracia: las dosis de paracetamol y de ibuprofeno que corresponden a los seres humanos en razón de su peso. Y una vez alcanzada la sabiduría suprema, no  puedo, no debo, quedármela dentro. Hete aquí que me dispongo a iluminaros, simples mortales. (Igual me meto en un jardín, que no soy farmaceútica ni pretendo serlo, pero, como ya dije en una ocasión, yo médica no soy, pero sé leer. Pues eso, que yo farmaceútica no soy, pero sé contar.)

Científicos del CERN examinando incrédulos mis sesudos estudios de dosificación. (Qué mala es la envidia.)

DOSIS DE IBUPROFENO SEGÚN PESO
La dosis son 20 mg. por kg al día. Ojo, AL DÍA.
Según que las tomas sean tres o cuatro al día, hay que dividir entre tres o entre cuatro, lo que nos da la dosis EN CADA TOMA.
Ejemplo: para un peso de 35 kg., son 700 mg. al día, lo que nos da tres tomas de 233 mg. cada una o cuatro tomas de 175 mg. cada una. En jarabe de 40 mg/ml (el Dalsy de mayores de toda la vida) son tres tomas de 5,8 ml cada una o cuatro tomas de 4,4 ml. cada una.
Ejemplo: para un peso de 40 kg.,  son 800 mg al día, lo que nos da tres tomas de 267 mg cada una o cuatro tomas de 200 mg cada una. En el mismo jarabe serían tres tomas de 6,7 ml o cuatro tomas de 5 ml cada una.
Y así sucesivamente.
También hay que tener en cuenta que otras dosificaciones no dicen 20 mg. por kilo, sino que serían entre 20 y 30 mg. por kilo,  por lo que se podría valorar incrementar la dosis. (Como mucho hasta la mitad más, pero tengamos siempre a la vista que lo mejor es usar la dosis mínima eficaz, y que los españoles tenemos una marcada tendencia a darnos un pasote con la dosis de ibuprofeno).
También hay que considerar que si las tomas no van continuadas, sino que es una única toma por un dolor puntual, se podría exceder un poco la dosis de una toma, porque eso va a ser ya lo que se tome en todo el día. 
Otra conclusión que se puede sacar es que, si tienes la duda de que igual te has pasado algo con la dosis en una o en dos tomas, mejor espacia la siguiente toma, para procurar no sobrepasar la dosis/día recomendada.
En medicamentos de adultos: no es ningún disparate dar a un niño que ya ronda los 40 kg. medio comprimido de tu caja de ibuprofenos de 400 mg. (sería una toma de 200 mg.). Valorando la situación, se le podría dar medio comprimido de uno de tus ibuprofenos de 600 mg., por ejemplo si es una toma única (son 300 mg., la mitad más de la dosis básica). Los mencionados frascos de jarabe para niños mayores suelen ser de 150 ml., así que no te extrañes de que al enchufarle a las criaturas una jeringa tras otra de 5 ml., o 5 ml. y un poco más, se consuma el bote a una velocidad a la que no estabas acostumbrado. 
 
Doscientossesentaycinco, doscientossesentayseis, doscientossesentaysiete. Ya está.

DOSIS DE PARACETAMOL SEGÚN PESO.
No he encontrado cuál es la dosis diaria, sino únicamente la dosis POR TOMAS.
Son 10 mg. por kg. en cada toma,  siendo las tomas separadas al menos 4 horas.
Por lo tanto, a primera vista, es la mitad del ibuprofeno/día. Del ibuprofeno/día, que no del ibuprofeno/toma. Y además con tomas más cercanas. Lo cual es el origen de casi todos los líos cuando se comparan las dosis de ibuprofeno y paracetamol.
Esta dosis se puede aumentar a 15 mg. por kg. si se separa la toma 6 horas. De hecho se suele hacer así.
Así, siguiendo con el ejemplo anterior, sería una toma de 350 mg. para 35 kg. de peso, o de 400 mg. para 40 kg. de peso, cada cuatro horas.
Si la toma es cada seis horas, serían 523 mg. para 35 kg. y 600 mg. para 40 kg. Esto son unos jeringazos de Apiretal importantes. En el más concentrado, de 100 mg/ml, sería la jeringa llena a tope (hay que tener en cuenta que los medicamentos de ibuprofeno para niños suelen ser menos concentrados que los de paracetamol,  por lo que a menudo el jeringazo que hay que dar es prácticamente el mismo). Como el envase más grande que te venden es de 90 ml, a poco que tengas más de uno enfermo, te quedas sin bote en cerocoma.
En medicamentos de adultos, no sería ningún disparate dar a un niño que ya se anda por los 40 kg. un sobre de paracetamol 500 mg. O si sólo te quedan comprimidos de un gramo de los que usas tú, pues medio comprimido.


Por supuesto no tengo que deciros que hagáis caso del médico.



En la próxima entrada, amigos, cómo operar a corazón abierto.


Hijas mías: nunca despreciéis el valor de una regla de tres. La regla de tres salvará al mundo. Con toda seguridad.



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