Sábado de puente en Casacarné. Los
seres humanos de menos de metro y medio (poco menos, no crean. Hay mujeres
adultas que miden y pesan lo que las interfectas) comienzan a dar señales de
nerviosismo pre-ReyesPapanoel.
Ah,
es imprescindible señalar que estamos degustando una tabla de quesos en la que
predominan los especímenes zamoranos. Nosotros somos así, muy de leche
coagulada a la que le han hecho todo tipo de perrerías.
-
“Pues
no tengo ni idea, hija”
-
“Yo
creo que las hacen en Zamora”
-
“¿En
Zamora? ¿Cómo las van a hacer en Zamora? ¿Por qué crees que las van a hacer en Zamora,
precisamente”
-
“¿Pues
por qué va a ser mamá?” (con ese prepotente tono tan preadolescente de “esquehayquedecírtelotodomamá”):
“SAN – TORO.”
“SAN – TORO.”
Hijas
mías: (modo madre on) a ver
si ponemos la misma atención en clase, vamos, con la mitad me conformaba, que
me tenéis frita con esos deberes que casualmente eran para ayer, o para dentro de una semana, pero al final no, y con esos exámenes que nunca se sabe cuándo son hasta que ya fueron. (modo madre off) ¿A que lo mola todo mi niña?
No hay comentarios:
Publicar un comentario