miércoles, 17 de diciembre de 2014

ODA Y ADIÓS, y V




Adiós, Manga-riega. Pintoresco personaje de mis mañanas que ya no volveré a ver en plena faena. Adiós. Nunca olvidaré cómo nos saludábamos con apenas un leve asentimiento de cabeza a las siete de la mañana todos los santos días laborables, ni cómo, en un gesto de amabilidad sin parangón, desviabas a un lado los chorrocientos litros por segundo direccionados hacia mi persona para dejarme pasar (el que no me mojara los pies es otra historia). Sólo lamento que mis hijas nunca me oirán cantar aquella tonadilla que cantaba el abuelo Chacal “la manga rieeega, aquí no lleeega, si llegaríiia, me mojaríiia.




La manga rieeeeega, aquí no lleeeeega
Si llegaríiiiiia, me mojaríiiiia.
Con razón dicen que son malos tiempos para la lírica.
 

   Adiós al riesgo de morir in itinere, más bien real que hiperbólico, y no lo digo por la cotidiana mutación acaecida por obra y gracia del agua vertida en el otrora sólido pavimento estradal, que matutinamente se transforma en laguna siseante con propiedades tan altamente resbaladizas como si de caminar sobre el lomo de un delfín con zapatos de teflón se tratare. Tampoco me refiero al empapizamiento piesero nuestro de todos los días, que a eso ya casi me he acostumbrado. No. Lo digo por aquella nada lejana ocasión en que las deslizantes propiedades adquiridas propiciaron que una moto y su equipado caballero me pasaran apenas de soslayo, salvándome yo del brutal envite por la pericia del jinete y mi habilidad respingo-acrobática a partes iguales, no sin daños, todo hay que decirlo (loas sean dadas a las evoluciones gimnásticas aéreas, al Jinete Desconocido, a mi amiga La Masajista y a la Providencia en general).

  Adiós Manga-riega. Adiós baldosas asesinas. Mis mañanas serán algo distintas, y supongo que las vuestras también.



Actividad mangarriéguica alternativa.



Hijas mías: vosotras hacéis casi la misma ruta para ir al cole, aunque unas horas más tarde. Lo vuestro es caminar entre el laberinto de camiones descargando y jugaros el cuello al ras de raudas furgonetas que pasan escupiendo malos humos. Así que también estáis de enhorabuena.




1 comentario:

  1. Esto sí que es un nuevo comienzo en toda regla, pues. Te desharás de la manga-riega pero alguna otra peculiaridad encontrarás por el camino, ya lo verás. Un besote!!!

    ResponderEliminar